El Instituto Servidoras del Señor y la Virgen de Matará, SSVM, es una comunidad religiosa de derecho diocesano, fundada por el P. Carlos Miguel Buela el 19 de marzo de 1988 en San Rafael, Argentina. Este Instituto y el Instituto del Verbo Encarnado (IVE), junto con la Tercera Orden Secular forman nuestra Familia Religiosa del Verbo Encarnado. Los dos institutos religiosos comparten el mismo carisma, tienen constituciones gemelas y ambos incluyen las ramas activa y contemplativa. Sus miembros son religiosas que profesan votos de castidad, pobreza y obediencia, y un cuarto voto de esclavitud a María, al igual que la rama masculina de nuestro Instituto.

“Lo principal, es que son –o deben ser– auténticas Esposas de Cristo y, de allí, que el objetivo principal de sus vidas es tratar amores con Jesucristo. Si falta esto, todo lo demás sobra. Y todo lo demás sin esto, de poco sirve.” (Padre Carlos Miguel Buela, Servidoras I)

[masterslider id=»7″]

Queremos fundarnos en Jesucristo, que ha venido en carne, y en sólo Cristo, y Cristo siempre, y Cristo en todo, y Cristo en todos, y Cristo Todo, porque la roca es Cristo y nadie puede poner otro fundamento. (SSVM, Constituciones, 7)

El P. Buela funda este Instituto con el “único anhelo de darle a Jesucristo esposas según su Corazón”, es por eso que la vocación principal de las religiosas es la de ser esposas de Cristo y madres de las almas a través de los votos de su consagración, cumpliendo de este modo con su propia feminidad.

Con la profesión religiosa comprometen todas sus fuerzas para inculturar el Evangelio. De allí la amplitud del apostolado, ya que se empeñan en el anuncio de la Palabra de Dios en todas sus formas: en el estudio y en la enseñanza en universidades y colegios; por medio de publicaciones; en la catequesis y oratorios; por medio de la realización de misiones populares y Ejercicios Espirituales; en la educación y formación cristiana de niños y jóvenes; en las obras de caridad con los más necesitados (niños abandonados, minusválidos, enfermos, ancianos, etc).

Historia

Con la Misa solemne presidida por Mons. León Kruk, por entonces Obispo de San Rafael, en la casa que les habían donado a las Hermanas en la calle Represa y Rawson, el dia 19 de marzo de 1988, se dio comienzo oficial al Instituto de las Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará.

Aprobación como Instituto de Derecho Diocesano

Mons. Andrea Maria Erba, Obispo de Velletri-Segni, donde se encuentra la sede principal de las Servidoras, ha erigido el Instituto como Instituto Religioso de derecho diocesano, el día 24 de marzo 2004, en las primeras Vísperas de la Solemnidad del Verbo Encarnado.

El decreto de aprobación fue leído durante la Santa Misa de acción de gracias por el 20 aniversario de la fundación del Instituto del Verbo Encarnado, en el Altar de la Cátedra de la Basílica San Pedro, Roma. La Santa Misa fue presidida por Mons. Erba y concelebrada por Mons. Tricarico y por más de 50 padres del IVE de Italia y misioneros y sacerdotes diocesanos. Participaron las Servidoras de todas las comunidades de Italia.

El Nombre

El nombre de “servidoras” es una referencia a las mujeres fieles que se encontraban al pie de la Cruz (Ls 8,1-3) usado por San Luis María Grignion de Montfort en la Verdadera Devoción. La segunda parte del nombre “del Señor y la Virgen de Matará” se refiere a Cristo Crucificado y a su Madre Santísima que se encuentran en la Cruz de Matará usada por las hermanas, ya que Jesús en su Cruz y la Virgen María debe ser los fundamentos de nuestra espiritualidad. [1]

El Hábito gris y azul

El hábito de las SSVM incluye[2]:

  • una túnica gris
  • un escapulario azul
  • un velo azul, para las hermanas profesas
  • un velo blanco, para las novicias
  • la Cruz de Matará
  • un anillo de oro para  las hermanas de profesión perpetua

Nuestro hábito con estos colores representa los misterios de la Encarnación: el azul representa la Divinidad de Cristo y el gris representa la Humanidad.

También los colores del hábito tienen un particular significado, ya que el azul corresponde al cielo sin nubes y el gris a la tierra, y por ello mismo se significa al Verbo (azul) y a la humanidad (gris).

“… De aquí que el escapulario azul, que representa al Verbo Divino, al ser impuesto sobre el hábito gris, que simboliza a la humanidad, habla con máxima elocuencia del augusto misterio de la Encarnación, por el que el Verbo se unió a nuestra naturaleza y se revistió de nuestra carne … “

” Que en toda Servidora esté presente el amor al santo Hábito, que se les debe hacer piel, para que estrechamente unidas al Verbo Encarnado, en el que el Cielo se unió con la Tierra, florezcan en toda clase de buenas obras y sean para todos el suave olor de Cristo (2Cor 2,15).”

[masterslider id=»8″]

Las religiosas de rito bizantino reciben el hábito negro

Algo propio de la cultura y espiritualidad para los cristianos de rito greco-bizantino, es el uso del color negro para el hábito religioso. Con este color fácilmente se identifica a la persona consagrada.

“Conociendo más la realidad del lugar, vimos la gran importancia que tiene en esta misión el abrazar el rito greco-bizantino, enriqueciéndonos como Instituto con lo propio de la Iglesia oriental, el “otro pulmón de la Iglesia Católica”[3], es necesario mostrar nuestra adhesión a este rito católico y, para inculturizarnos, sería más conveniente llevar el hábito de color negro… Considero que en Ucrania, conviene el cambio de color de nuestro hábito por respeto al rito greco-católico, al cual nos queremos adherir ” (carta circular de Madre Anima Christi, Superiora General del Instituto Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará, 9 de octubre de 1998).

En rito bizantino, las golondrinas siempre cantan en la liturgia .


[1] Cf. Rev. Padre Carlos Buela, Las Servidoras I, Capítulo I, pag.27

[2] Cf. ibidem.

[3] San Juan Pablo II, Carta Encíclica sobre el empeño ecuménico Ut unum sint (25/5/1995), 54. Carta Apostólica Novo millenio ineunte (6/1/2001), 48. Angelus, 26/6/2001. Discurso en la despedida de Rumania, 9/5/1999. Homilía en Atenas, 5 de mayo de 2001. Discurso durante el encuentro con los Obispos católicos de Ucrania, 24/6/2001